ARQUITECTURA EN LA GUAJIRA
Como primera medida abarcaremos el
tema de la arquitectura o construcción de las rancherías en la alta península
de la Guajira, cabe mencionar que es un requisito detallar, desde el comienzo, ambas
dimensiones que la componen: la territorial y la del establecimiento familiar o
ranchería.
Los Wayuu tienen un claro sentido de la
territorialidad que actúa, entre otras cosas, en la relación ancestral entre un
sujeto, su linaje y una zona de la península. Este vínculo entre la tierra y un
grupo familiar no hay que comprender como el derecho eterno y exclusivo sobre
un cercada y exactamente delimitada; es algo muchísimo más maleable, es el
reconocimiento popular del uso y de la permanencia que un preciso linaje tuvo
sobre unas tierras o playas ancestrales.
Los Wayúu no se organizan en aldeas sino
en conjuntos de ranchos cuyos pobladores están unidos por lazos de vínculo y vivienda
habitual. Esta clase de asentamientos dispersos puede estar relacionado con las
propiedades semidesérticas del territorio Wayuu, el cual necesita superiores
extensiones de tierra y más grande distancia entre las casas para aceptar el
soporte de los pobladores. Además, pueden verse como una adecuación territorial
a la economía de pastoreo, ya que la dispersión posibilita un mejor manejo y control
de los rebaños reduciendo peligros de conflicto entre los pobladores de las
rancherías.
La vivienda Wayúu es genéricamente
llamada “ranchería” gracias a la existencia de varias edificaciones en un solo
grupo. Un primer nivel de examen facilita ver las siguientes particularidades
tipológicas en una ranchería con base en las distintas entidades que la
conforman. Se sabe aquí por “unidad” una edificación separada de otras, con su
propia composición y construida para albergar unos usos particulares.
https://www.researchgate.net/figure/Rancheria-Wayuu-near-to-Riohacha-in-La-Guajira-Colombia-Photo-Diana Contreras_fig3_328413746
En cada ranchería hay una conjunción
especial, no repetitiva, de diferentes entidades. Cada vivienda responde a las pretensiones
de la familia o familias que se reúnen en ese lugar. Los tipos determinados en
las indagaciones de campo son los siguientes:
La unidad de cuarto:
Tiene la forma de rectángulo
alargado, con un techo a dos o 4 aguas que en algunos pocos casos tiene un caedizo
adelante, que la asemeja a algunas casas habituales urbanas.
La “enramada”:
Es un espacio cubierto en una o en
dos aguas, y muy ocasionalmente en 4, designado a las ocupaciones de descanso,
actividad social popular, trabajo (telares) y dormitorio de visitantes.
La cocina:
Asume numerosas formas: el fogón de
piedras en el suelo, una enramada sin muros, una creación a dos aguas cercada
de una cerca de cactus o cardones o una creación completa, clausurada y
cubierta.
El corral:
De contorno redondo, ovalado o cuadrado según
se use para cabras o para caballos, constituido en ramas entretejidas o en
varas paradas.
La “roza”:
De manera redonda, ovalada o
cuadrado, de propiedades semejantes al corral, pero destinada a asegurar los
cultivos del viento y de los animales.
Las entidades antes descritas se
edifican con materiales tomados del ámbito inmediato a las casas. El material
influyente para la creación de los muros, es el bahareque y en las cubiertas
exteriores de estas rancherías se maneja predominio del yotojolo, el corazón
del cactus o cardón. La utilización de este material es de propiedad única de
las comunidades nativas de La Guajira y no está fuera de ellas. El papel de
palma se utiliza como opción en las casas cercanas a Riohacha y Maicao.
Estas viviendas son llamadas rancherías, gracias a las edificaciones de la comunidad o población les
da y que las conforman, en cada
ranchería anteriormente, se utilizaban materiales únicos de estas tierras, como
las hojas de palmas, estas hojas servían para poder hacer los amarres sobre las
varas de los techos para que tuviera más seguridad a la hora de hacer una
tempestad de viento, y estos amarres se fortalecían con fibras vegetales para
brindar un poco más de resistencia a
estas, cabe mencionar que estas viviendas eran muy precarias, ya que eran construidas
artesanalmente, pero sin embargo, el criterio de amoldación de estas era muy
atrayente, la fabricación o arquitectura de estas rancherías eran inoportunas,
ya que los indígenas se movían contantemente de un lado a otro para poder
seguir construyendo población y como tal estas rancherías “eran de mano”.
Referencias
Ardila, G (ed.). La Guajira. Bogotá, Universidad Nacional, 1990.
Fonseca M., Lorenzo y Saldarriaga R., Alberto (eds.). Vivienda guajira.
Bogotá, Carbocol, 1992.
Hermosos espacios.
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